Todos
como uno.
Hace un tiempo, en una institución de una pequeña
ciudad al norte de un país del cual no se tiene seguridad se presentó un
desorden a nivel de todo el cuerpo perteneciente a dicho lugar. Había pleitos,
inconformidades múltiples y las ganas de ser escuchado se hacían cada vez más
desmedidas; el caos primaba en cada rincón del lugar y ocasionaba varias riñas.
Un día, ya todos cansados de las hostilidades, alguien
propuso la idea de que hubiera unos líderes, personas con la suficiente
paciencia y capacidad para arreglar la situación; a todos les agradó aquella
idea, pero el problema ahora sería definir quiénes serían aquellos líderes. Hubo
discordias entre personas que querían ser posicionadas como aquel líder, así
que otra persona propuso que se postularan quienes consideraran puramente de corazón
que serían indicados para dar soluciones, no más problemas y luego cada uno de
los pertenecientes a la institución votaría por quién creyera que sería el
mejor.
Se postularon tres personas, y tras una jornada de votación,
se eligió a la persona #1, ésta, tras su posicionamiento como líder comenzó a
realizar estrategias para que paso a paso fueran mejorando las cosas dentro de
la institución; y de esta manera, tiempo después se podía presenciar un nuevo
ambiente, una mejora total en la convivencia de cada persona, se escucharon
voces e hicieron, todos juntos y con ayuda de aquel líder el espacio que tanto habían
deseado y fueron felices para siempre.
Fin.
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